miércoles, 8 de febrero de 2017

LIQUIDACIÓN POR CIERRE


El pasado jueves, 2 de febrero, visitó Extremadura el ministro de fomento, Íñigo de la Serna. Tras la foto de rigor en el viaducto del Almonte y la reunión con los firmantes del Pacto por el Ferrocarril el ministro aseguró que todos los tramos de las actuales obras del tren en Extremadura estarán terminados a comienzos de 2019 y  su electrificación a lo largo de 2020 
Las declaraciones del ministro parecerían esperanzadoras por haber cerrado el culebrón del AVE de la última década en Extremadura, sin embargo, sus palabras no solo son una vergüenza en sí mismas, sino que además constituyen un insulto a Extremadura y a su gente. Lo que nos vino a vender el señor ministro fue que para 2020 seguiremos sin ver la alta velocidad en la región, que para entonces tendremos un tren diésel de altas prestaciones entre Badajoz y Plasencia, a todas luces insuficiente. El déficit de infraestructuras de ferrocarril en la región es flagrante no solo por la ausencia de la alta velocidad, también por ser la única comunidad autónoma peninsular sin líneas de larga distancia, con el detrimento en la calidad del transporte en tren que eso supone. 
El maltrato al que ha sido sometido Extremadura por parte del gobierno central del PP en el tema del ferrocarril no es ni mucho menos un hecho aislado, sino que se extiende a todo aquello que tenga que ver con la implantación de cualquier infraestructura de transporte terrestre, habiéndose convertido en una regla no escrita del ideario político del gobierno impedir cualquier facilidad en esta materia por parte del Estado en la región. Ejemplos muy llamativos son la autovía Badajoz-Córdoba o la   A-43 Extremadura – Comunidad Valenciana que pese a su denominación no tiene ni un kilómetro de trazado en suelo extremeño llevando ya años en servicio el tramo comprendido entre Ciudad Real y Valencia. 
ImagenYa no hay excusas, Extremadura necesita infraestructuras, necesita inversión y lo necesita urgentemente, no es momento de conformarse, los ciudadanos de cualquier punto de Extremadura también merecen y tienen el derecho de vivir acorde con su tiempo, de entrar en el siglo XXI y el gobierno del Estado está en la obligación de hacerlo posible. En Extremadura cada vez nacen menos niños, la inmigración ha caído y los mayores de 65 años son más, pero también y sin duda uno de los problemas más importantes al que se enfrenta la región es el abandono de los jóvenes que dejan su tierra en busca de oportunidades que Extremadura no puede ofrecer. Por todo esto, según el INE, Extremadura lleva cinco años perdiendo población, si en 2011 había 1.103.514 habitantes, en 2016 el dato es de 1.082.063 (21.451 menos). 
Aun así Extremadura ofrece muchas posibilidades siendo una región con un potencial enorme que algunos se empeñan en no ver, sin lugar a dudas Extremadura es una tierra por descubrir, y es que con lo que tenemos no hacemos lo que podemos sino lo que nos dejan. Extremadura no morirá, la matará la indiferencia de un gobierno central ciego. 
Aprovecho para pedir una vez más al gobierno central que deje de asfixiar a Extremadura con su política de austeridad que se ha demostrado del todo ineficaz, así como dejar atrás aquellas que tienen como único fin el equilibrio presupuestario ya que sólo buscan la eficiencia económica dejando a un lado la equidad y las políticas sociales que deben imperar en la toma de decisiones políticas. 


  JOSÉ ANTONIO RODRÍGUEZ CRUZ

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