miércoles, 2 de enero de 2013

Aún no se ha dado el salto al siglo XXI.

Es una obviedad decir que vivimos en el presente y que desde ahí construimos las bases que condicionarán los tiempos futuros, pero considero que es necesario y muy recomendable echar la vista atrás, mirar y aprender del pasado y no caer en un desmesurado presentismo que nos lleva, sin lugar a dudas, a tomar demasiadas decisiones apresuradas y faltas de una verdadera utilidad positiva.

Hoy día, los políticos o más bien cierto sector de los políticos de nuestro país no proyectan una imagen muy positiva al conjunto de la sociedad. Hay una verdadera desafección de buena parte de la ciudadanía hacia la política y hacia parte de los políticos y eso es un hecho, algo habrá que cambiar y cuanto antes mejor.

La irrupción de las redes sociales y las nuevas tecnologías de la información y la comunicación ha supuesto una verdadera transformación en la forma de llevar a cabo las relaciones sociales. Esto ha provocado, además de otras muchas cosas, que la ciudadanía demande una nueva forma de hacer política, basada sobre todo en un aumento de la verdadera participación ciudadana, unas mayores cotas de acercamiento al verdadero sentir de la ciudadanía y una mayor capacidad de comunicación más real y más directa de los responsables públicos con todos y cada uno de los distintos grupos sociales.

A mi juicio, aún no se ha dado el salto al siglo XXI por parte de los responsables públicos en este tema. No han reaccionado y por ello, la ciudadanía camina por un sitio y los responsables del Gobierno siguen inscritos en el viejo y anquilosado sistema, haciéndoles caminar por otro muy distinto. 


Otro problema y no menos importante es la percepción que hoy día tiene la sociedad de la capacidad de los que tienen la responsabilidad de gobernar. Hay una clara visión de que hace falta en nuestro país verdaderos hombres y mujeres de Estado, POLÍTICOS con mayúscula. Es tiempo de "ingenieros", de personas formadas y capaces de tomar medidas y decisiones que posibiliten crear y no destruir más. Si se me permite la expresión no es tiempo de "mecánicos" que sólo tomen decisiones a medias y que no se atrevan a llevar a cabo una verdadera y profunda transformación de la situación en España. La sociedad española no demanda "parches",  "decretazos", "arreglos"  sino nuevas LEYES y nuevos ACUERDOS DE ESTADO que posibiliten la adecuación de las estructuras sociales y políticas al mundo en que vivimos. 


Quizás sean duras mis palabras pero creo que es necesario dar un salto cualitativo en la forma y manera de hacer POLÍTICA en nuestro País.

Felipe Redondo Milara

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